miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un caso de erección perpetua

En 1989 el escritor Quim Monzó publicó ‘La magnitud de la tragedia’. La novela relataba las desventuras de un trompetista que, tras intentar ligarse a una vedette del teatro donde trabajaba y no poder tener relaciones con ella por pasarse con la bebida, consigue finalmente la erección deseada. Hasta ahí, bien. Pero al día siguiente descubre que se trata de una erección permanente. Eso tiene como ventaja que puede complacer a las mujeres sin problemas. Pero también tiene un alto precio, puesto que el médico al que consulta le informa de que su enfermedad es irreversible y que morirá en pocas semanas.

Aquella narración enlaza con el caso clínico que protagoniza este post. Apareció en el ‘Journal of Sexual Medicine’ (2012;9:844–848) y nos cuenta lo que le sucedió a un joven iraní de 21 años a quien se le ocurrió la feliz e inconsciente idea de tatuarse el pene con una dedicatoria a su novia. Le pidió al tatuador que escribiera a lo largo del tronco del aparato la frase “Buena suerte con tus viajes”. No sé si la cosa tenía doble sentido o no. Si alguien tiene curiosidad por saber cuánto espacio ocupa la frase en farsi –la lengua persa-, en el enlace que lleva al resumen del artículo se incluye una foto de lo más explícito que prefiero no reproducir aquí por aquello del horario infantil. Vosotros mismos... He optado por una ilustración más "metafórica".

Para rematar la jugada, también se hizo tatuar una “M” mayúscula en la punta del glande, lo cual me produce escalofríos en el espinazo solo de pensarlo. La letra era la inicial del nombre de la novia. Si el chaval cambia de novia y su nombre no empieza igual, no sé qué explicaciones le dará. Pero en fin, es problema suyo...

jueves, 24 de diciembre de 2015

Generosidad patológica provocada por un ictus

Como estamos en Navidad esta semana voy a prescindir de investigaciones dedicadas a temas escabrosos o escatológicos. Al contrario, he escogido un caso clínico que le hubiera gustado al mismísimo Charles Dickens.

Apareció publicado en la revista ‘Neurocase’ hace un par de años (2013;20:496-500), donde sus autores relataban el caso de un hombre brasileño de 49 años que sobrevivió a un ictus, término que los especialistas tratan de imponer en español y que engloba lo que conocemos como accidente cerebrovascular, embolia, infarto cerebral, trombosis, etc.

Lo que ocurrió con el individuo en cuestión es que desarrolló lo que los autores calificaron como “generosidad patológica”. No sé si Su esposa explicó a los médicos que comenzó a repartir dinero a la gente y a comprar caramelos a los niños que se cruzaba por la calle –con buenas intenciones, no seáis malpensados-. Empezó a derrochar sin control, de manera casi compulsiva, y pudo acabar lleno de deudas que un gobierno griego de no haber sido porque su mujer tomó cartas en el asunto y advirtió a los doctores. De hecho, este paciente altruista y manirroto no pudo volver a su trabajo, donde había sido director de un departamento en una gran corporación.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Presidente del gobierno, profesión de riesgo

“Los jefes de gobierno envejecen más rápido que las personas normales...” Esa frase despertó ayer mi atención en un noticiario televisivo. Lo confirmaba un estudio científico, nada menos... Y la presentadora se tomaba muy en serio la noticia mientras aparecían fotos de Obama con un pelo más canoso en la actualidad que antes de ser presidente.

Para mí la noticia significaba en particular que ya se había publicado el número navideño del ‘British Medical Journal’, que esperaba desde hace unos días. Esta longeva publicación es una de las revistas de medicina más leídas del mundo y tiene la costumbre de incluir en su último número de diciembre investigaciones insólitas y extravagantes que ponen de manifiesto el sentido del humor de los galenos de todos los rincones del mundo. Plantean hipótesis curiosas, a veces estrafalarias, y las investigan con una metodología presumiblemente seria. Por ejemplo, ¿se puede tomar alguien en serio un estudio que evalúe si los cirujanos son más guapos que los especialistas en medicina interna? Pues una investigación de este calibre fue publicada por especialistas del Hospital Clínic de Barcelona hace unos años (BMJ 2006;333:1291-1293). Algún día la recuperaré para este blog. Evidentemente, ni ellos mismos se tomaban en serio su artículo, pensado a propósito para que apareciera en el número navideño de la revista o con aspiraciones a ganar un Premio Ig Nobel.

Son muy típicos de esta publicación los estudios sobre el riesgo de muerte de determinados grupos de personas, reales o ficticias. En otros posts ya he comentado trabajos parecidos, uno sobre estrellas del rock (Journal of Epidemiology and Community Health 2007;61:896–901), otro sobre los personajes de dibujos animados (BMJ 2014;349:g7184), y también los hubo sobre los saxofonistas de jazz (BMJ 1999;319:1612-1613) y sobre personajes de culebrones británicos (BMJ 1997:315:1649-1652).

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Un clásico entre los clásicos: cuerpos extraños en el recto

Llantén.
Para celebrar los 500 seguidores de este blog en Facebook me ha apetecido recuperar aquí un fragmento de mi libro, dedicado a un famoso artículo recopilatorio que publicaron los Dres. David Busch y James Starling en una prestigiosa revista de cirugía hace bastantes años. Su título: "Cuerpos extraños en el recto: casos clínicos y revisión extensa de la literatura mundial" (Surgery 1986;100:512-519). Los autores fueron galardonados merecidamente con el Premio Ig Nobel de Literatura en 1995 por "su profundo y penetrante trabajo de investigación".

Es realmente alucinante la cantidad y variedad de cosas que es capaz de meterse la gente por el culo. El número de casos publicados en la literatura médica es extensísimo, y seguro que aún lo es muchísimo más el de situaciones que han llegado a urgencias y que nunca se han divulgado ni se divulgarán.

En la citada revisión, un clásico entre clásicos, el número de botellas y tarros de formas y tamaños diversos asciende a 31, el de vasos y copas a 12, el de bombillas a 7 y el de tubos a 6. También comentan el caso de un individuo que se introdujo una botella por el recto, con la precaución de atarle una cuerda por si se perdía en las profundidades (igual que Teseo en el laberinto del Minotauro). Sin embargo, el hecho de que tuviera que ir al hospital y que su caso fuera publicado invita a pensar que la cuerda también se perdió en las mismas profundidades.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Bob Esponja, excesivamente absorbente para los preescolares

En algunos de mis posts antiguos, que algún día recuperaré en este blog, comprobé que ser un personaje de ficción no significa poder escabullirse del escudriñamiento científico. Ni siquiera ser un dibujo animado. En su día hablé estudios que habían abordado el diagnóstico psiquiátrico de Gollum (British Medical Journal 2004;329:1435-1436), los traumatismos craneoencefálicos de Tintín  (CMAJ 2004;171:1433-1434), los efectos de la lectura de Harry Potter sobre los accidentes infantiles (BMJ 2005;331:1505-1506) o los trastornos mentales del osito Winnie Pooh (CMAJ 2000 163:1557-1559).

En 2011 le llegó el turno a Bob Esponja, cuya serie de animación era en aquel momento la más vista por los niños de 4 a 12 años de edad en nuestro país. Resulta que una psicóloga norteamericana de la Universidad de Virginia, llamada Angeline Lillard, se dedicó a analizar cómo afectaba ver estos dibujos a los niños de 4 años.

martes, 1 de diciembre de 2015

Besos y revolcones contra los síntomas alérgicos


“Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!”

Está claro que Bécquer es uno de los más célebres, si no el que más, representante de nuestro Romanticismo literario. Sabemos que murió a causa de la tuberculosis, pero desconocemos si era alérgico a los ácaros del polvo, al polen del olivo o a los pelos de gato, a pesar de su insistencia en desear un beso de su amada.

¿Por qué suelto todo esto? Pues resulta que uno de los Premios Ig Nobel concedidos este año, concretamente en la categoría de Medicina, fue a parar a un investigador japonés, especializado en el tema de las alergias que ha dedicado buena parte de sus experimentos a revelarnos los beneficios saludables de un buen morreo.

jueves, 26 de noviembre de 2015

237 razones para practicar el sexo

¿Por qué los seres humanos tienen relaciones sexuales? Si eres de los que piensan que básicamente los motivos se reducen a obtener placer o al interés por reproducirse es que le echas poca imaginación. Lo cierto es que somos un poco más complejos, pues resulta que una investigación realizada por dos psicólogos de la Universidad de Texas, David Buss y Cindy Meston, reveló un total de 237 motivaciones diferentes, tal como publicaron en la revista ‘Archives of Sexual Behavior’ (Arch Sex Beh 2007;36:477-507).

Llevaron a cabo dos encuestas, una a 400 hombres y mujeres sobre las razones que les movían a tener relaciones sexuales y otra a 1.500 estudiantes universitarios acerca de sus experiencias y actitudes. Pues bien, efectivamente hay quien quiere tener descendencia y hay quien lo hace simplemente por sentir placer, pero no falta quien practica sexo para "estar más cerca de Dios", "por aburrimiento", "por dinero" o "por dar placer a otros".

jueves, 19 de noviembre de 2015

Mayor índice de masculinidad tras el gol de Iniesta

Como mañana es el Día Universal del Niño, vamos a dedicar este post a los más enanos de la casa. Normalmente el nacimiento de niños varones es similar al de niñas, incluso se considera que en situaciones de normalidad la balanza se inclina muy levemente del lado de los niños. Sin embargo, algunos estudiosos han encontrado que en algunas situaciones especiales en una zona determinada nacen más niñas de lo que sería normal o viceversa.

Por ejemplo, ¿sabíais que después de un terremoto suele haber una mayor natalidad de niñas? Se trata de un fenómeno que se ha estudiado en varias ocasiones y cuya causa sigue siendo misterio. Investigadores daneses publicaron haber comprobado que los desastres naturales, como los terremotos o las inundaciones, ocasionan un descenso del nacimiento de niños varones (BMJ 1999;319:548-549) al cabo de nueve meses.

También lo hicieron científicos japoneses tras el seísmo que tuvo lugar en la ciudad de Kobe en enero de 1995 (Human Reproduction 1998;13:2321-2322). Observaron que a los nueve meses de la catástrofe había nacido un porcentaje de hembras superior a lo que sería normal, al tiempo que la fertilidad de la población disminuyó en un 6% aproximadamente. En opinión de los autores, hipótesis que comparten en cierto modo con los daneses del artículo anterior, estos desastres influyen de algún modo en el organismo humano, seguramente desencadenando una situación de estrés agudo que acaba perjudicando el nacimiento de niños varones, aunque no se sabe por qué.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Música, suicidio y alucinaciones

Hoy aprovecho para recordar algunos estudios insólitos relacionados con la música que ya comenté hace tiempo en mi antiguo blog. Como desaparecieron del ciberespacio, creo que es el momento de recuperarlos aquí.

Vamos allá. La musicoterapia se define como la utilización de la música y de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) con el fin de mejorar el funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o educativos. Según sus defensores, los efectos curativos de la música se conocen desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, a tenor de los resultados de ciertos estudios científicos, algún género musical puede tener efectos insospechados nada terapéuticos.

Es el caso del trabajo firmado por Steven Stack y Jim Gundlach (Social Forces 1992;71:211-218), que se dedicaron a estudiar nada menos que la posible relación entre la música country y el suicidio. Personalmente, es un tipo de música que no me atrae en absoluto, pero me cuesta imaginar que escuchar la voz de Linda Ronstadt o Kenny Rogers me induzca a volarme la tapa de los sesos. Ni a mí ni a nadie.

No obstante, los autores explican que las letras de las canciones country –que a menudo tocan temas como las discusiones de pareja, el abuso de alcohol o los problemas de trabajo- pueden tener un efecto negativo sobre la mente de personas ya en sí proclives al suicidio. Y como es habitual, basan sus resultados en las estadísticas.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

De orgasmos y exceso de lorzas

Hace unos años publiqué un artículo sobre un estudio en el que se concluía que expertos sexólogos eran capaces de adivinar, tan solo observando la forma de caminar, qué mujeres podían experimentar orgasmos vaginales y cuáles no.

Aquella investigación se publicó en el ‘Journal of Sexual Medicine’ (2008;5:2119-2124) y tuvo en su día cierta repercusión mediática. Venía a contarnos que aquellas mujeres que mueven sus caderas con más amplitud y gracia, y con pasos largos, son las que parecen disfrutar de una vida sexual más plena. Su caminar podía ser reflejo de una mayor confianza en sí mismas. Y todo esto se relacionaba con la capacidad para alcanzar orgasmos vaginales, diferenciados de los orgasmos clitorianos.

El principal investigador de aquel estudio es un sexólogo llamado Stuart Brody, que por entonces trabajaba en la Universidad de West Scotland y actualmente lo hace en la Universidad Carolina de Praga (República Checa). La cuestión es que el Dr. Brody, además de haber hecho del orgasmo vaginal uno de sus temas centrales de investigación, tiene publicados unos cuantos estudios que pueden resultar de lo más chocante. Además del citado, que llevaba por título ‘El historial de orgasmo vaginal de una mujer es discernible por su forma de andar’, es autor de otros como ‘La sensibilidad de los dedos de las mujeres se correlacionan con la conducta sexual en pareja pero no con las frecuencias de masturbación en solitario’ (J Sex Marital Ther 2008;34:343-352) o ‘La relación pene-vaginal disminuye el aumento de peso’ (Med Hypotheses 2008 Aug. 6).

sábado, 31 de octubre de 2015

Nada que hacer frente a un ataque de zombis

Aprovechando que esta noche es Halloween, recupero un artículo sobre muertos vivientes. Resulta que, si se diera el caso de que los zombis existieran y nos atacaran, la extinción de la humanidad estaría prácticamente asegurada. Así que esos finales made in Hollywood en los que brillan rayos de esperanza para la raza humana gracias al arrojo de un pequeño grupo de héroes anónimos cabe considerarlos excesivamente optimistas.

No hay vuelta de hoja. Es lo que afirmaba un grupo de científicos canadienses, autores de una investigación que aparece en un libro de 2009 titulado 'Infectious Disease Modelling Research Progress'. El resto de capítulos de la obra abordan enfermedades como la tuberculosis, la gripe o la malaria. Sin embargo, para sorpresa de los lectores, uno de esos capítulos lleva por título “¡Cuando los zombis atacan! Modelo matemático de un brote de infección de zombis”.

Está firmado por tres estudiantes y un profesor del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Ottawa, Robert J. Smith?. Cuidado, el signo de interrogación en el apellido no es un gazapo ortográfico sino, según explica, la manera de que no lo confundan con el cantante de The Cure.

jueves, 29 de octubre de 2015

Un enigmático caso de gonorrea

Comprobar qué tipo de artículos de este blog tienen más visitas reafirma mi primera impresión de que a los lectores les gusta el morbo y la carnaza. Así que, después de dos posts –podríamos calificar de “ligeros”- dedicados a la música y al riesgo de muerte de los rockeros famosos, recupero un caso clínico ya algo antiguo que apareció en el viejo blog de ‘JANO’.

En cierto modo, enlaza con el caso clínico de la semana pasada sobre la maestra india que aspiró un condón practicando una felación y que lo tuvo en el pulmón durante meses. La relación con el caso que voy a comentar es que los médicos también tuvieron que actuar como sesudos detectives para resolver un misterio.

Del mismo modo que la maestra india, el bochorno fue el motivo de que médicos de Groenlandia tardarán en dar con el origen de la enfermedad de un capitán de un barco pesquero que fue a la consulta con síntomas de gonorrea, enfermedad cuyo diagnóstico se confirmó con un análisis de sangre.

El caso clínico (Genitorutinary Med 1993;69:322) representó un reto en el que tuvieron que echar mano de todas sus dotes persuasivas en el ámbito del interrogatorio para hallar la fuente de la infección, dado que se trataba de una enfermedad de declaración obligatoria.

martes, 27 de octubre de 2015

Sobre el mítico ‘Club de los 27’

Janis Joplin, Jimi Hendrix, Brian Jones, Kurt Cobain, Jim Morrison y Amy Winehouse. Estas figuras de la historia del rock son los más famosos integrantes del llamado ‘Club de los 27’, ya que tienen en común que fallecieron a la edad de 27 años.

Las drogas y el alcohol tienen mucho que ver con la mayor parte de sus muertes, exceptuando el suicidio en el caso de Cobain y un ataque de asma, que es la versión oficial de la defunción del ‘Rolling Stone’ Brian Jones, cuyo cadáver fue hallado en su piscina.

Hay más rockeros que murieron a los 27, aunque de menos renombre internacional. Sin ir más lejos, podríamos añadir al grupo a nuestra cantante Cecilia, la del ‘ramito de violetas, víctima de un accidente de tráfico también a esa fatídica edad.

¿Pero de verdad ese simbolismo con el 27 está justificado? ¿Es cierto que los músicos de la historia del rock tienen más probabilidades de fallecer a los 27 años? Tras la muerte de Amy Winehouse en 2011, un grupo de investigadores alemanes y australianos se dispuso a encontrar la respuesta. Su estudio se publicó en el ‘British Medical Journal’ (BMJ 2011;343:d7799) y que viene al hilo del artículo anterior de este blog sobre el riesgo de muerte de los jóvenes rockeros.

jueves, 22 de octubre de 2015

Los viejos rockeros nunca mueren... ¿y los jóvenes?

"Por Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonham, Brian y Moon". Así rezaba una canción de principios de los ochenta de Barón Rojo, titulada ‘Concierto para ellos’, con la que la banda de rock duro rendía homenaje a figuras del pop/rock fallecidas. A esa triste lista podrían añadirse las posteriores muertes de Freddie Mercury, Kurt Cobain, Amy Winehouse y Whitney Houston, entre otros.

Ninguno llegó a viejo, reflexión que posiblemente condujo a expertos en salud pública de Liverpool y Manchester a iniciar un estudio para discernir si las estrellas del rock tienen un mayor riesgo de muerte prematura que el resto de los mortales.

Para ello elaboraron un catálogo con los músicos e intérpretes responsables de los 1.000 álbums más vendidos de la historia del rock, punk, rap, pop, rhythm & blues y new age. En total, 1.064 célebres estrellas norteamericanas y europeas, de las que se recogieron datos de supervivencia a partir del momento en que alcanzaron la fama.

martes, 20 de octubre de 2015

¿Anticoncepción pulmonar?

El post anterior sobre el futbolista australiano que se tragó una chapa de cerveza podría enlazarse con este otro caso clínico espeluznante que comento a continuación. Habréis visto que la imagen es parecida a la de la semana pasada: una radiografía. Pero si bien aquella mostraba la chapa en el esófago del deportista cervecero, está muestra un objeto insólito, una sombra blanca de algo alojado en el pulmón de la izquierda. ¿Lo adivináis o llamamos a Sherlock Holmes?

Y es que la literatura médica nos ofrece a veces situaciones que constituyen impresionantes desafíos detectivescos cuya resolución habría sido mucho más sencilla si los pacientes hubieran explicado las cosas llanamente, sin tabúes, desde un principio.

Sobre este caso clínico ya escribí hace algo más de diez años, pero creo que vale la pena recordarlo. Se publicó en una revista médica india (Indian J Chest Dis Allied Sci 2004;46:55-58). La paciente, de 27 años, era una maestra de escuela que acudió al médico porque tenía tos, esputo y fiebre persistente desde hacía unos 6 meses. Se sospechó de neumonía e incluso de tuberculosis, pero tras recibir durante 4 meses fármacos antibióticos y antituberculosos, los síntomas no remitieron.

martes, 13 de octubre de 2015

La chapa de cerveza en el esófago del futbolista

En el número navideño del ‘British Medical Journal’ se publicó hace unos cuantos años un espinoso caso clínico (BMJ 2007;335:1281). El doctor Robert J. Douglas, que trabajaba en el servicio de urgencias de un hospital de Adelaida, en Australia, explicaba que tuvo que asistir a un jugador de fútbol australiano de 24 años que ese mismo día había estado de celebración con sus compañeros de equipo por haber ganado la liga.

Fue a urgencias porque sentía como si tuviera algún objeto extraño en la garganta que le impedía respirar con normalidad. Las primeras exploraciones fueron infructuosas, pero en la radiografía de tórax que se realizó a continuación se pudo ver a la altura del arco aórtico un objeto metálico de forma circular. Tenéis la imagen aquí arriba a la derecha. Le practicaron una endoscopia y el objeto extraído resultó ser una chapa de una botella de cerveza.

Por lo visto, los jugadores llenaron el trofeo con cerveza y el protagonista del caso clínico, que se bebió el líquido que quedaba en la copa, se tragó la chapa sin darse cuenta. Para eso hay que tener buenas tragaderas o hay que estar bastante cocido de alcohol, dos circunstancias que probablemente coincidieron en la misma persona durante la celebración de la liga. De hecho, el análisis de sangre mostró una concentración de etanol en sangre de 0,109 gramos por decilitro, indicativos de una tajada considerable.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Olor a hembra

En su libro ‘Diga 33’, una divertida y recomendable recopilación de anécdotas médicas, José Ignacio de Arana explicaba el caso de un irritado marido que puso una reclamación al hospital donde habían ingresado a su mujer porque –textualmente- “le habían quitado su olor a hembra”, tras haberle lavado los genitales. Espectacular y real como la vida misma.

Recordé esa anécdota ayer cuando encontré un exquisito artículo de investigadores mexicanos publicado en la revista ‘Frontiers in Endocrinology’. Lo que estudiaron, nada más y nada menos, fue cómo reaccionan biológicamente los hombres cuando se les da oler un extracto de sobaco femenino o de vagina, evidentemente también femenina.

El artículo se titula ‘Cambios en los niveles salivares de testosterona y cortisol y en el deseo sexual en varones tras oler esencias de axila y vulva femeninas’ (Front. Endocrinol. 4:159. doi: 10.3389/fendo.2013.00159). Y sin duda, arroja interesantes descubrimientos.

Participaron 45 mujeres jóvenes que prestaron sus efluvios a la ciencia y 115 valientes machos que se dedicaron a olisquearlos, también en aras del progreso de la humanidad, por supuesto. Todos eran voluntariosos estudiantes y todos declararon ser heterosexuales. La gratificación para los chicos: unos 15 dólares por cabeza (o nariz). Para ellas el doble, ya que proporcionaron sus muestras dos veces.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La insoportable levedad vital del dibujo animado

Ser dibujo animado no es nada fácil. Sus vidas se enfrentan a grandes peligros y la Parca se ceba con ellos mucho más de lo que nos pensamos. El Coyote o el gato Tom podrían ser un buen ejemplo del riesgo que corren en sus andanzas depredadoras, aunque sus “accidentes” rara vez acaban definitivamente con su existencia. Pero no me refiero a este tipo de personajes cómicos, sino a otros dibujos cuyo tránsito tiene un impacto dramático mucho mayor, sobre todo entre los más pequeños.

Resulta que en las películas animadas más taquilleras de la historia el riesgo de muerte en pantalla de personajes importantes es superior que el de los personajes de carne y hueso que aparecen en las películas dramáticas.

Es la conclusión de un estudio que publicaron investigadores canadienses en el ‘British Medical Journal’ (BMJ 2014;349:g7184). Hay que puntualizar que esta prestigiosa revista médica tiene la costumbre dedicar su número navideño, como es el caso, a artículos más “ligeros” o insólitos en los que no suele faltar cierta dosis de humor.

No obstante, los autores no se toman a risa el shock psicológico que han causado entre los niños de diferentes generaciones las muertes de la madre de Bambi, del padre de Simba o de la madre de Nemo. Poca coña.

viernes, 25 de septiembre de 2015

El paciente que confundió el colirio con Superglue

"Paciente de 42 años de edad, que se instiló pegamento instantáneo en lugar de colirio en el ojo derecho, pues estaba acostado y tenía los dos envases juntos en la mesilla; al ser del mismo tamaño y forma, se echó el pegamento pensando que era el colirio. En el momento de aplicárselo experimentó un fuerte escozor que desapareció en poco tiempo, pero notó que no podía abrir el ojo ni de forma espontánea ni con los dedos..."

Así comienza el artículo que publicó el Dr. José Luis Fortes Álvarez, médico de familia en un centro de Ciudad Real, en la revista ‘Formación Médica Continuada en Atención Primaria’ (FMC 2008;15:158). En él explicaba que el pegamento en cuestión era Super Glue-3, de Loctite. "En el centro de salud –continúa el Dr. Fortes- se intentó de manera poco exitosa la apertura de los párpados, ya que la fuerte adherencia química impedía proceder al lavado del ojo". Al fin y al cabo, esto apoya la efectividad del producto, de la cual se pueden vanagloriar los fabricantes. Al final, el paciente fue enviado al hospital de referencia, si bien el artículo nos deja en ascuas sin relatarnos el desenlace.

Se trata de un caso clínico chocante del que escribí en mi antiguo blog aquel año 2008 y que creo que vale la pena recuperar por su espectacularidad. Solo de imaginarlo, a uno se le saltan las lágrimas. Pero lo más insólito es que no es un caso aislado, pues leí otra noticia, aparecida en el ‘Sunday Mail’ en 2005 (ahora llamado ‘Courier Mail’) sobre una anciana australiana que estaba descongelando la nevera cuando sus ojos comenzaron a humedecerse. Terry Horder, de 78 años, quiso usar su colirio, pero lo confundió con un tubo de Loctite 401 que conservaba en el frigorífico para evitar su deterioro. Como cabía esperar, lo que se deterioró fue el ojo.


martes, 22 de septiembre de 2015

¿Cuánto duele una picadura de abeja en el pene?

Como ya expliqué en el post anterior, los Premios Ig Nobel son una impagable fuente de esperpénticas investigaciones científicas. La última entrega de premios, la vigésimo quinta, tuvo lugar la semana pasada en el campus de la Universidad de Harvard y nos dejó unas cuantas joyas para el recuerdo. Desde como “deshervir” un huevo hasta las consecuencias biomédicas de besarse apasionadamente. Algún día hablaré de esos estudios. Mientras tanto, hoy me dedico a comentar el que más me sorprendió, el trabajo ganador del Ig Nobel de Fisiología y Entomología.

Concretamente, el premio fue compartido por dos investigadores. Por un lado por el entomólogo Justin O. Schmidt, que en un artículo publicado en la revista ‘Archives of Insect Biochemistry and Physiology’ (1983;1:155-160) comenzó a comparar las propiedades de los venenos de 78 especies de himenópteros. Sus investigaciones dieron lugar a lo que se conoce como el Índice Schmidt, que mide el dolor que causan las picaduras de los distintos insectos. Gracias a él sabemos que la llamada hormiga bala (Paraponera clavata), que habita en Sudamérica y Centroamérica es el bichejo que causa las picaduras más dolorosas, honor que comparte con la avispa caza tarántulas y con otras especies de avispas igual de cabronas.

El trabajo de Justin O. Schmidt es loable. El que realmente sorprende es el experimento del otro galardonado, llamado Michael L. Smith, que trabaja en el Departamento de Neurobiología y Comportamiento de la Universidad de Cornell y que podéis ver en la foto durante su discurso de aceptación del premio.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Un par de inventos contra la delincuencia

Esta noche el campus de Harvard acogerá una nueva gala de entrega de los premios Ig Nobel, que concede desde principios de los noventa la revista ‘Annals of Improbable Research’. Seguro que unos cuantos estudios e inventos galardonados serán comentados en este blog durante los próximos días.

Mientras tanto, voy a aprovechar para hablar de dos inventos que ya consiguieron su Ig Nobel, dos ideas que perpetraron algunas mentes ‘privilegiadas’ con el fin de defendernos contra malvados delincuentes.

El primero es obra de los sudafricanos Charl Fourie y Michelle Wong y data de 1998. Parece que en Johannesburgo y otras ciudades del país es relativamente habitual que un conductor sea asaltado por algún individuo armado cuando está parado en un semáforo. De hecho, se producen miles de estos atracos cada año y no han disminuido desde entonces, sino todo lo contrario.

Pues bien, para los citados inventores la solución es fácil. Si un maleante te apunta con una pistola por la ventanilla, levantas las manos para que se confíe. Y al mismo tiempo, aprietas un pedal para que del costado del vehículo salga una llamarada que dejará al asaltante más churruscado que los menudillos de Savonarola.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Los calzoncillos de los superhéroes

Con este título, seguro que a muchos les ha venido a la cabeza la imagen de ‘los gayumbos coloraos’ que lleva Superman encima de las mallas. En Krypton no estuvieron nunca muy finos en cuestiones de moda, aunque parece que el famoso superhéroe se dio cuenta de lo ridículos que le quedaban antes de protagonizar ‘Man of Steel’ y dejó de ponerse los calzoncillos por fuera, al menos en la gran pantalla.

Eso de los “calzoncillos de los superhéroes” es una expresión acuñada por Richard Branson, el tipo que fundó de Virgin que se forró al producir el ‘Tubular Bells’ de Mike Oldfield y que se emperra en dar la vuelta al mundo en globo como si fuera un personaje de Julio Verne. Y es una frase que hace referencia a unos nuevos calzoncillos creados por una compañía británica llamada Wireless Armour, lo que podría traducirse algo así como “Coraza Anti-Wifi”.

La idea es proteger el aparato genital masculino de las radiaciones electromagnéticas, puesto que algunos estudios han sugerido que esas radiaciones que emiten dispositivos conectados a internet como teléfonos móviles, ordenadores o tablets pueden afectar a la fertilidad. Por lo visto, llevar el móvil en el bolsillo del pantalón puede tener un efecto negativo sobre la calidad del semen y la movilidad de los espermatozoides, lo que complicaría las posibilidades de tener descendencia.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Tecnología digital para el tratamiento del hipo

En el artículo anterior hablaba de investigaciones turcas. Sin alejarme del Próximo Oriente, me voy ahora hacia la medicina israelí, con un artículo sobre el que escribí hace unos pocos años acerca del uso de una extraordinaria tecnología digital para el tratamiento del hipo. 

Digital... Tenemos televisión digital terrestre, cámaras digitales, publicaciones digitales... Estamos absolutamente rodeados de tecnología digital que, en contraposición a la analógica, nos la definen como la que trabaja "con señales cuyas magnitudes se representan mediante valores discretos en lugar de variables continuas".

Según el Diccionario de la Real Academia Española, una de las acepciones del adjetivo "digital" es la siguiente: "Dícese del aparato o instrumento de medida que la representa con números dígitos".

Sin embargo, el Diccionario también nos recuerda que "digital" (del latín digitalis) es aquello "perteneciente o relativo a los dedos", y es precisamente a este significado al que se refiere el título del presente comentario.

En concreto, se trata del curioso tratamiento que aplicaron médicos israelíes del Centro Médico Bnai Zion de Haifa a un paciente de 60 años con pancreatitis aguda que experimentaba hipo persistente tras habérsele insertado un tubo nasogástrico. La extracción del tubo no resolvió el hipo y los médicos emplearon múltiples procedimientos y fármacos para acabar con la molestia sin éxito ninguno.


Terapéuticas delicias turcas

Imaginemos la escena:

-“Buenos días, doctor Doluoglu. Tengo una piedra de riñón que me tiene doblado. Vengo a ver qué me puede recetar porque el dolor me está matando”.

-“¿Donde siente el dolor, señor Belozoglu?”

-“Sobre todo en la zona de las ingles y en las pelotas”.

-“¡Ajá! Parece ser un cálculo ureteral distal. No hay problema. Siga este tratamiento: ¡CUATRO POLVOS A LA SEMANA CON LA PARIENTA Y EN DOS SEMANAS EL PROBLEMA ESTARÁ RESUELTO!”

-“¿Está seguro, doctor?”

-“Por supuesto. La ciencia nos respalda. Por cierto, déle recuerdos a la señora Belozoglu”.

El paciente, asombrado pero con media sonrisa picarona, llega a su casa y bajándose los pantalones exclama: “¡Sarila! ¡Mira lo que me ha recetado el médico!”.

¿Suena descabellado? Lo parece, pero no lo es si nos atenemos a los resultados de un nuevo estudio realizado por urólogos turcos de un hospital de Ankara, con el doctor Omer Gokhan Doluoglu como primer firmante. Aparece en el número de julio de la revista Urology (2015,86:19-24) y se titula “¿Pueden ser las relaciones sexuales una terapia alternativa para las piedras ureterales distales? Un estudio prospectivo, aleatorizado y controlado”.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

La neurona galáctica o cómo las langostas reaccionan a Star Wars

Como estamos en “Año Star Wars”, que toca cada cierto tiempo como los años jacobeos, aprovecho para recuperar una historia que ya conté en 2006. El planteamiento era el siguiente:

¿Qué ocurre en el cerebro de una langosta –de esas parecidas a los saltamontes que protagonizan plagas bíblicas y no de las que mueven las antenas en las peceras las marisquerías- cuando ve acercarse a toda pastilla el Halcón Milenario tripulado por Han Solo y Chewbacca? ¿Se amedrenta al escuchar la respiración asmática de Darth Vader? ¿Se enternece al oír las tergiversadas frases del maestro Yoda?

La pregunta real es: ¿Hay algún friki que estudie la actividad cerebral de estos bichos en respuesta a la proyección de La guerra de las galaxias? Sorprendentemente, la respuesta es sí.


Galileo desencadenado

Como muchos amigos sabéis, hace unos cuantos años, cuando todavía estaba en la treintena y aún no peinaba canas, me dio por guardar artículos científicos "estrafalarios" publicados en prestigiosas revistas de medicina y otras ciencias.

La idea nació en una rueda de prensa -creo que iba de menopausia- en las que nos juntamos unos cuantos compañeros del gremio, no menopáusicos (aún) sino periodistas.

Al acabar, un buen amigo, Javier Gracia, explicó que unos investigadores españoles habían publicado un artículo en el que explicaban el funcionamiento del botijo. Usando un montón de complicadas fórmulas matemáticas -al menos para mí- exponían las razones por las que el agua del botijo se enfría o se mantiene fresca a pesar de estar bajo un sol de justicia capaz de fundir un camello.

Después de la carcajada general –aunque todo sea dicho, tenía su mérito científico-, empezamos a recordar otras investigaciones chocantes. Por ejemplo, que los chinos daban Viagra a los osos panda para animarlos a procrear y, visto que la pastilla solo actúa cuando hay cierta estimulación, les proyectaban películas pornográficas ¡DE OSOS PANDA! Desde entonces han pasado unos 15 años y sigo sin conocer el resultado del experimento.