martes, 20 de octubre de 2015

¿Anticoncepción pulmonar?

El post anterior sobre el futbolista australiano que se tragó una chapa de cerveza podría enlazarse con este otro caso clínico espeluznante que comento a continuación. Habréis visto que la imagen es parecida a la de la semana pasada: una radiografía. Pero si bien aquella mostraba la chapa en el esófago del deportista cervecero, está muestra un objeto insólito, una sombra blanca de algo alojado en el pulmón de la izquierda. ¿Lo adivináis o llamamos a Sherlock Holmes?

Y es que la literatura médica nos ofrece a veces situaciones que constituyen impresionantes desafíos detectivescos cuya resolución habría sido mucho más sencilla si los pacientes hubieran explicado las cosas llanamente, sin tabúes, desde un principio.

Sobre este caso clínico ya escribí hace algo más de diez años, pero creo que vale la pena recordarlo. Se publicó en una revista médica india (Indian J Chest Dis Allied Sci 2004;46:55-58). La paciente, de 27 años, era una maestra de escuela que acudió al médico porque tenía tos, esputo y fiebre persistente desde hacía unos 6 meses. Se sospechó de neumonía e incluso de tuberculosis, pero tras recibir durante 4 meses fármacos antibióticos y antituberculosos, los síntomas no remitieron.
En vista de la situación, los médicos procedieron a emplear otras técnicas, hasta que la videobroncoscopia reveló la presencia de una estructura en forma de "bolsita invertida" en el bronquio lobular superior derecho. En consecuencia, se dispusieron a extraer aquel cuerpo extraño alojado en el pulmón, que resultó no ser otra cosa que un preservativo que la mujer había aspirado accidentalmente cuando le practicaba una felación a su marido.

Los galenos de Nueva Delhi escriben sesudamente que "el caso presenta ciertas características atípicas, la mayoría de las cuales se relacionan con la naturaleza del objeto inhalado", algo nunca descrito en la literatura médica hasta entonces.

Finalmente se lo extrajeron mediante broncoscopia y todo mejoró. Está claro que la paciente podría haber confesado la historia desde un primer momento y se habría ahorrado meses de malestar y de tratamientos innecesarios, pero el bochorno se lo impidió hasta que hizo su presencia la prueba del delito. 

2 comentarios:

  1. Este post me ha recordado un artículo publicado en 2001 en la revista The Lancet sobre un cepillo de dientes accidentalmente deglutido, según la paciente.
    Los médicos de urgencias al hacer la radiografía tuvieron dudas sobre la versión de la paciente: "estaba cepillándome los dientes, resbalé en el baño y al caer de cara sobre el lavabo me tragué el cepillo de dientes".
    La duda radicaba en que la radiografía mostraba que el mango del cepillo estaba más cerca del estómago que de la faringe y que las cerdas del cepillo estaban en la parte superior del esófago y no en la inferior, como hubiera sido el caso según la versión de la paciente.
    Vuelta a preguntar la paciente, confesó que en realidad estaba intentando producirse el vómito, ¡con el mango del cepillo!, cuando se lo tragó, accidentalmente eso sí, pero sin resbalar ni golpearse con el lavabo.
    Esta historia llevó al diagnóstico de bulimia de la paciente, y por supuesto, a su remisión al departamento de psiquiatría, para su tratamiento apropiado.
    Saludos,

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    1. Sí. También lo recuerdo. Ese caso clínico del cepillo de dientes está recogido en el libro 'Si Galileo levantara la cabeza'.

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