Hoy
aprovecho para recordar algunos estudios insólitos relacionados con la música que
ya comenté hace tiempo en mi antiguo blog. Como desaparecieron del ciberespacio,
creo que es el momento de recuperarlos aquí.
Vamos
allá. La musicoterapia se define como la utilización de la música y de sus
elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) con el fin de mejorar el
funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen
problemas de salud o educativos. Según sus defensores, los efectos curativos de
la música se conocen desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, a tenor de los
resultados de ciertos estudios científicos, algún género musical puede tener
efectos insospechados nada terapéuticos.
Es
el caso del trabajo firmado por Steven Stack y Jim Gundlach (Social Forces
1992;71:211-218), que se dedicaron a estudiar nada menos que la posible
relación entre la música country y el suicidio. Personalmente, es un tipo de
música que no me atrae en absoluto, pero me cuesta imaginar que escuchar la voz
de Linda Ronstadt o Kenny Rogers me induzca a volarme la tapa de los sesos. Ni
a mí ni a nadie.
No
obstante, los autores explican que las letras de las canciones country –que a
menudo tocan temas como las discusiones de pareja, el abuso de alcohol o los
problemas de trabajo- pueden tener un efecto negativo sobre la mente de
personas ya en sí proclives al suicidio. Y como es habitual, basan sus
resultados en las estadísticas.
En
su investigación comprobaron en 49 áreas metropolitanas que cuanto mayor es el
tiempo dedicado por las cadenas radiofónicas a la música country mayor es la
tasa de suicidios entre la población de raza blanca. La verdad es que los
hispanos y afroamericanos (como se les llama ahora para ser políticamente
correctos) nunca se han sentido muy atraídos por el country. Además, los
autores añaden que ese efecto es independiente de factores como el divorcio, la
pobreza, el hecho de habitar en un estado sureño o el acceso a armas de fuego.
Este
estudio tuvo réplicas de otros (Death Stud 2002;26:501-504
y Suicide
Life Threat Behav 1996;26:68-70), cuyos autores descartaron que la música
country influya en el suicidio, algo que sí consiguen, por el contrario, el rap
y el heavy metal. Sobre este último género está de acuerdo el propio autor
Steven Stack, quien ya publicó un trabajo hace unos años (Suicide
Life Threat Behav 1998;28:388-94) en el que llegó a esa misma conclusión. En
todo caso, hay que resaltar que el mencionado artículo de la música country obtuvo
el Premio Ig Nobel de
Medicina en 2004.
Otra
investigación musical también logró este estrambótico galardón en 1997. Su
título: "Efectos de la música y estimulación auditiva en la segregación de
inmunoglobulina A (IgA)" (Perceptual
and Motor Skills 1998;87:1163-1170). Los autores comprobaron que la música
de ascensor, esa música ambiental sosegada y tranquila a la que a veces se cita
como smooth jazz, podría servir para
fortalecer el sistema inmunológico y prevenir así algunas enfermedades, por
ejemplo, el resfriado común. Interesante, sin duda.
Otro
estudio a priori algo extravagante se dedicó a saber qué música escuchan los
sujetos que sufren alucinaciones auditivas, definidas como percepciones
sensoriales anormales que ocurren cuando la persona está despierta y
consciente. Pueden ser producidas por consumo de drogas y, asimismo, son
frecuentes en pacientes con trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
Dentro
de este grupo de alucinaciones encontramos las musicales, que en realidad no
son muy frecuentes, pues se estima que afectan a una de cada 10.000 personas
mayores de 65 años. Hay que matizar que el hecho de tener en la mente una
cancioncilla que parece imposible quitárnosla de la cabeza no es una
alucinación, ya que esta implica escucharla como si la estuvieran interpretando
de verdad.
Las
alucinaciones musicales, según los diversos estudios publicados, se dan en
mayor medida en mujeres, y la edad avanzada, la ceguera y la enfermedad
cerebral que afecta al hemisferio no dominante parecen tener un papel
importante en su desarrollo.
Pues
bien, dos psiquiatras de Gales se dedicaron a confeccionar una lista de las
canciones y temas más habituales que escuchan los pacientes con estas
alucinaciones, algo así como “Los 40 alucinantes principales”. Resulta que el
"top one" lo ocupa Abide with Me,
un himno religioso con letra de Henry Lyte que fue creado a mediados del siglo
XIX y que en Inglaterra se interpreta a menudo en los funerales.
Según
el estudio de los Dres. Nick Warner y Victor Aziz, que presentaron sus
conclusiones en una conferencia del Royal
College of Psychiatrists, 6 de los 30 pacientes (20%) examinados afirmaban
escuchar ese himno dentro de su cabeza, un porcentaje nada despreciable. Su
letra con palabras esperanzadoras sobre el cielo y Dios parecía resultar
reconfortante para los participantes del estudio, cuya media de edad era de 78
años.
La
investigación muestra que más de la mitad de las alucinaciones corresponden a
algún tipo de música religiosa, sean himnos o villancicos. En la lista también
aparecen clásicos como Beethoven o Schumann, así como Don't Cry For Me Argentina, canción compuesta por Andrew Lloyd
Webber para el musical Evita, o la pachanguera
Yes, We Have No Bananas,
escrita por Frank Silver e Irving Cohn en 1923.
Sin
embargo, estos resultados son en cierto modo sesgados debido a la avanzada edad
de los participantes del estudio, según señalaban los propios Dres. Warner y
Aziz. Seguro que a esa edad habían asistido ya a muchos funerales y, a juicio
de los investigadores, el hecho de que uno escuche repetidamente ciertas
canciones es precisamente la razón de que sean más frecuentes como
alucinaciones. "El lugar donde alguien vive y el tipo de música que escucha
tienen un indudable impacto", indicaban. Por lo tanto, es más probable que
un alucinador musical hispano se vea más afectado por La Macarena de Los del Río o por El chiringuito de Georgie Dann que por el Abide with Me. Como si no fuera suficientemente insufrible tener
alucinaciones psicóticas.
Excelente artículo.
ResponderEliminarPrecisamente de las cosas que se mencionan en el artículo, el divorcio es una de las principales, acarrea una gran cantidad de problemas y depresiones.