jueves, 19 de noviembre de 2015

Mayor índice de masculinidad tras el gol de Iniesta

Como mañana es el Día Universal del Niño, vamos a dedicar este post a los más enanos de la casa. Normalmente el nacimiento de niños varones es similar al de niñas, incluso se considera que en situaciones de normalidad la balanza se inclina muy levemente del lado de los niños. Sin embargo, algunos estudiosos han encontrado que en algunas situaciones especiales en una zona determinada nacen más niñas de lo que sería normal o viceversa.

Por ejemplo, ¿sabíais que después de un terremoto suele haber una mayor natalidad de niñas? Se trata de un fenómeno que se ha estudiado en varias ocasiones y cuya causa sigue siendo misterio. Investigadores daneses publicaron haber comprobado que los desastres naturales, como los terremotos o las inundaciones, ocasionan un descenso del nacimiento de niños varones (BMJ 1999;319:548-549) al cabo de nueve meses.

También lo hicieron científicos japoneses tras el seísmo que tuvo lugar en la ciudad de Kobe en enero de 1995 (Human Reproduction 1998;13:2321-2322). Observaron que a los nueve meses de la catástrofe había nacido un porcentaje de hembras superior a lo que sería normal, al tiempo que la fertilidad de la población disminuyó en un 6% aproximadamente. En opinión de los autores, hipótesis que comparten en cierto modo con los daneses del artículo anterior, estos desastres influyen de algún modo en el organismo humano, seguramente desencadenando una situación de estrés agudo que acaba perjudicando el nacimiento de niños varones, aunque no se sabe por qué.

Cambiando de tercio, todos recordamos aquel 11 de julio de 2010, cuando Andrés Iniesta dio una alegría a millones de españoles al marcar el chicharro más trascendente de la historia de la selección. Fue en Johannesburgo y contra Holanda.

Traigo esto a colación porque parece que el Mundial de Fútbol de Sudáfrica también influyó determinantemente en el llamado índice de masculinidad o ‘sex ratio’, que es la expresión en tanto por ciento de la diferencia numérica entre hombres y mujeres en un territorio concreto.

No ocurrió en España sino en Sudáfrica. Difícilmente podríamos calificar un Mundial como desastre natural y, de hecho, el efecto fue opuesto a lo que sucede tras un terremoto, ya que a los nueve meses del ‘iniestazo’ nacieron allí más niños que niñas.

Lo han descubierto los científicos Gwinyai Masukame y Victor Grech, que han publicado este mismo mes su curioso estudio en la revista ‘Early Human Development’. Decidieron investigar si el Mundial afectaba de algún modo al índice de masculinidad como ocurre con los terremotos. Así que recogieron los datos estadísticos de los niños nacidos al cabo de nueve meses, entre febrero y marzo de 2011, lo analizaron todo y comprobaron que ese índice era el más alto registrado durante todo el periodo transcurrido entre 2003 y 2012. Es decir, que nacieron más niños varones de lo habitual. La diferencia no es muy grande, puesto que el índice era de 0,5063, pero sí que alcanza eso que los científicos llaman significación estadística. Expresada en cifras absolutas en una población como la de Sudáfrica, significa que nacieron unos 1.000 niños varones más de lo esperado. Y evidentemente, 1.000 niñas menos.

“El principal mecanismo implicado en este aumento del índice de masculinidad en Sudáfrica es probablemente una mayor frecuencia de relaciones sexuales entre la población durante el torneo”, escriben en sus conclusiones. Lo que no explican es si era por las alegrías que les dio su selección nacional –que no fueron muchas, precisamente, porque solamente cosechó una victoria y un empate que no le sirvieron para superar la primera fase- o más bien por aquello de “¡Donde esté una buena corrida que se quite el fútbol!”. “¡Joder, y hasta los toros!”


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