jueves, 26 de noviembre de 2015

237 razones para practicar el sexo

¿Por qué los seres humanos tienen relaciones sexuales? Si eres de los que piensan que básicamente los motivos se reducen a obtener placer o al interés por reproducirse es que le echas poca imaginación. Lo cierto es que somos un poco más complejos, pues resulta que una investigación realizada por dos psicólogos de la Universidad de Texas, David Buss y Cindy Meston, reveló un total de 237 motivaciones diferentes, tal como publicaron en la revista ‘Archives of Sexual Behavior’ (Arch Sex Beh 2007;36:477-507).

Llevaron a cabo dos encuestas, una a 400 hombres y mujeres sobre las razones que les movían a tener relaciones sexuales y otra a 1.500 estudiantes universitarios acerca de sus experiencias y actitudes. Pues bien, efectivamente hay quien quiere tener descendencia y hay quien lo hace simplemente por sentir placer, pero no falta quien practica sexo para "estar más cerca de Dios", "por aburrimiento", "por dinero" o "por dar placer a otros".

jueves, 19 de noviembre de 2015

Mayor índice de masculinidad tras el gol de Iniesta

Como mañana es el Día Universal del Niño, vamos a dedicar este post a los más enanos de la casa. Normalmente el nacimiento de niños varones es similar al de niñas, incluso se considera que en situaciones de normalidad la balanza se inclina muy levemente del lado de los niños. Sin embargo, algunos estudiosos han encontrado que en algunas situaciones especiales en una zona determinada nacen más niñas de lo que sería normal o viceversa.

Por ejemplo, ¿sabíais que después de un terremoto suele haber una mayor natalidad de niñas? Se trata de un fenómeno que se ha estudiado en varias ocasiones y cuya causa sigue siendo misterio. Investigadores daneses publicaron haber comprobado que los desastres naturales, como los terremotos o las inundaciones, ocasionan un descenso del nacimiento de niños varones (BMJ 1999;319:548-549) al cabo de nueve meses.

También lo hicieron científicos japoneses tras el seísmo que tuvo lugar en la ciudad de Kobe en enero de 1995 (Human Reproduction 1998;13:2321-2322). Observaron que a los nueve meses de la catástrofe había nacido un porcentaje de hembras superior a lo que sería normal, al tiempo que la fertilidad de la población disminuyó en un 6% aproximadamente. En opinión de los autores, hipótesis que comparten en cierto modo con los daneses del artículo anterior, estos desastres influyen de algún modo en el organismo humano, seguramente desencadenando una situación de estrés agudo que acaba perjudicando el nacimiento de niños varones, aunque no se sabe por qué.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Música, suicidio y alucinaciones

Hoy aprovecho para recordar algunos estudios insólitos relacionados con la música que ya comenté hace tiempo en mi antiguo blog. Como desaparecieron del ciberespacio, creo que es el momento de recuperarlos aquí.

Vamos allá. La musicoterapia se define como la utilización de la música y de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) con el fin de mejorar el funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o educativos. Según sus defensores, los efectos curativos de la música se conocen desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, a tenor de los resultados de ciertos estudios científicos, algún género musical puede tener efectos insospechados nada terapéuticos.

Es el caso del trabajo firmado por Steven Stack y Jim Gundlach (Social Forces 1992;71:211-218), que se dedicaron a estudiar nada menos que la posible relación entre la música country y el suicidio. Personalmente, es un tipo de música que no me atrae en absoluto, pero me cuesta imaginar que escuchar la voz de Linda Ronstadt o Kenny Rogers me induzca a volarme la tapa de los sesos. Ni a mí ni a nadie.

No obstante, los autores explican que las letras de las canciones country –que a menudo tocan temas como las discusiones de pareja, el abuso de alcohol o los problemas de trabajo- pueden tener un efecto negativo sobre la mente de personas ya en sí proclives al suicidio. Y como es habitual, basan sus resultados en las estadísticas.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

De orgasmos y exceso de lorzas

Hace unos años publiqué un artículo sobre un estudio en el que se concluía que expertos sexólogos eran capaces de adivinar, tan solo observando la forma de caminar, qué mujeres podían experimentar orgasmos vaginales y cuáles no.

Aquella investigación se publicó en el ‘Journal of Sexual Medicine’ (2008;5:2119-2124) y tuvo en su día cierta repercusión mediática. Venía a contarnos que aquellas mujeres que mueven sus caderas con más amplitud y gracia, y con pasos largos, son las que parecen disfrutar de una vida sexual más plena. Su caminar podía ser reflejo de una mayor confianza en sí mismas. Y todo esto se relacionaba con la capacidad para alcanzar orgasmos vaginales, diferenciados de los orgasmos clitorianos.

El principal investigador de aquel estudio es un sexólogo llamado Stuart Brody, que por entonces trabajaba en la Universidad de West Scotland y actualmente lo hace en la Universidad Carolina de Praga (República Checa). La cuestión es que el Dr. Brody, además de haber hecho del orgasmo vaginal uno de sus temas centrales de investigación, tiene publicados unos cuantos estudios que pueden resultar de lo más chocante. Además del citado, que llevaba por título ‘El historial de orgasmo vaginal de una mujer es discernible por su forma de andar’, es autor de otros como ‘La sensibilidad de los dedos de las mujeres se correlacionan con la conducta sexual en pareja pero no con las frecuencias de masturbación en solitario’ (J Sex Marital Ther 2008;34:343-352) o ‘La relación pene-vaginal disminuye el aumento de peso’ (Med Hypotheses 2008 Aug. 6).