Seguro
que a muchos de los lectores les ha sucedido lo siguiente: les viene a la mente
una persona conocida y reciben una llamada telefónica de ella instantes
después. "Parece que tenga telepatía porque estaba pensando en ti justo
cuando has llamado", dice bromeando en ocasiones el receptor de la
llamada. Finalmente, se atribuye la coincidencia a la casualidad sin más.
Pero
no es eso lo que piensa Rupert
Sheldrake, un biólogo británico que afirma tener pruebas de que existe
realmente eso que llama "telepatía telefónica". En mi caso, lo más habitual es que me llamen de Jazztel o similares, así que no es difícil acertar. En fin... Hace más o menos una
década Sheldrake participó en la reunión anual de la Asociación Británica para el Avance de la
Ciencia, con el fin de exponer a investigadores escépticos los resultados
de sus experimentos, financiados nada menos que por el prestigioso Trinity College de Cambridge.
Tales
experimentos no se centran sólo en el teléfono, sino también en inventos más
modernos como el e-mail. Sheldrake explicó que en su "ensayo
telefónico" participaron 63 personas y que 50 lo hicieron en su
experimento con el correo electrónico. Cada uno le dio a los investigadores los
nombres y números de teléfono de cuatro parientes o amigos. Aleatoriamente, se
eligió a uno de esos conocidos para pedirle que llamara al participante del
experimento, quien tenía que acertar quién telefoneaba antes de responder.
Según
los resultados, el índice de éxito fue del 45%, porcentaje que casi duplica la
probabilidad de acierto que se puede atribuir al azar. En el caso del correo
electrónico, los resultados obtenidos fueron prácticamente los mismos que con
el teléfono. En palabras del citado investigador, "las probabilidades de
que esos resultados sean un efecto de la casualidad son una contra mil
millones".
Pese
a todo, el investigador no logró vencer el escepticismo de los asistentes a la
reunión. Se considera que sus experimentos están realizados con una escasa muestra
de participantes y que sólo 4 sujetos fueron grabados en vídeo en el estudio
telefónico, lo que hace dudar de la veracidad de sus datos.
Sheldrake
cree en que todas las mentes están interconectadas y gran parte de sus
investigaciones están pensadas para demostrarlo. Por ejemplo, ya publicó hace
unos años el libro ‘Perros
que saben cuándo sus amos llegan a casa y otros poderes inexplicables de los
animales’, un título que ya lo dice casi todo. De hecho, es autor de docenas
artículos científicos y más de una decena de libros en todo o en parte
relacionados con esa interconexión mental, eje de lo que él ha bautizado como
teoría de los "campos mórficos" y de la "resonancia
mórfica", algo un tanto complejo –y probablemente inútil- para explicar en
estas líneas.
Lo
interesante es saber que el amigo Rupert, a pesar de la poca credibilidad que
le atribuyen sus colegas científicos, no se dio nunca por vencido y en su
momento anunció que extendería sus investigaciones a los teléfonos móviles y a
los mensajes SMS.
Dicho
y hecho, por supuesto. Uno de sus artículos más recientes se publicó el año
pasado en una revista llamada ‘Explore: The Journal of Science & Healing’ y
se tituló ‘Pruebas automatizadas para la telepatía telefónica usando teléfonos
móviles’ (Explore
2015;11:310-319). En este caso los participantes se inscribieron en el
experimento por internet proporcionando los nombres y teléfonos de dos o tres
conocidos. Aleatoriamente, un ordenador seleccionaba quién haría la llamada y
preguntaba al receptor quién creía que le estaba llamando. Cada prueba
consistió en seis ensayos. Los resultados muestran que en los 2.080 ensayos
realizados con tres posibles interlocutores el receptor acertó quién le llamaba
en el 41,8% de los casos, cuando lo normal en términos estadísticos hubiera
sido un 33,3%.
El
experimentó con SMS lo publicó en 2009 en la misma revista (Explore
2009;5:272-276). En este caso, la tasa de aciertos fue inferior, un 37,9%.
Estamos de acuerdo en que es más del 33,3%, pero alguien debería decirle al
amigo Rupert que eso significa que en el 62,1% de los intentos, el receptor del
mensaje falló. Me pregunto si a eso también hay que llamarlo telepatía o si los
campos mórficos fueron en esos casos más bien “amórficos”.
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