lunes, 8 de febrero de 2016

Oscar, el gato agorero que predice la muerte

En sus libros ‘El médico’, ‘Chamán’ y ‘La doctora Cole’, el escritor Noah Gordon dotó a sus protagonistas, miembros de una misma estirpe familiar aunque muy separados por el tiempo, de un peculiar don. Al estrechar la mano de un enfermo sabían si su muerte era inminente.

Pero como todos sabemos, la realidad supera en muchas ocasiones a la ficción. En este contexto, era inevitable que en este blog aludiera algún día a mi tocayo Oscar, el gato capaz de predecir la muerte, que se hizo famoso gracias a un artículo publicado, nada menos, que en ‘The New England Journal of Medicine’ (NEJM 2007; 357:328-329). Escribí sobre el tema cuando se publicó ese artículo, aunque he aprovechado ahora para actualizarlo con algunos datos que han aumentado su fama desde entonces.

Hasta donde yo sé, el gato sigue vivo. Nació en 2005 y fue adoptado de cachorro por los trabajadores de una residencia geriátrica, en el estado de Rhode Island, en el noreste de Estados Unidos. En el artículo se explicaba que cuando uno de los ancianos está a punto de morir, Oscar, que habitaba en la tercera planta de la residencia, entraba en la habitación y se instalaba al lado del moribundo. Según el Dr. David Dosa, firmante del artículo, "el gato siempre se las arregla para aparecer y siempre lo hace en las últimas dos horas". Según los autores, cuando se publicó en 2007 el artículo ya lo había hecho al menos 25 veces. En 2010, año en que David Dosa dedicó un libro al funesto felino, Oscar ya había anticipado la muerte de 50 ancianos de la residencia. Como se puede ver, el animal ha ido progresando en eficacia y experiencia.
No obstante, la Dra. Joan Teno, que trabaja en la misma residencia, trató de eliminar cualquier viso sobrenatural en la actitud de Oscar y opinó que tal vez se redujera todo a una explicación química, nada paranormal. Pero hasta ahora la ciencia no ha explicado el porqué.

En cualquier caso, no puedo evitar imaginarme a grupos de ancianos corriendo despavoridos, con andadores o sin ellos, o impulsando sus sillas de ruedas, huyendo del mal agüero en cuanto veían aparecer al fatídico gato por algún pasillo de la residencia.

Nada más lejos de la realidad. El personal del centro destacaba por encima de todo el cariño y respeto que todos profesaban al animal. De hecho, la aparición del gato en la habitación de un enfermo terminal se consideraba un eficaz signo de alerta que servía para avisar a los familiares del enfermo con el fin de que lo acompañaran en su tránsito.

El artículo del ‘New England’ elevó a la fama la habilidad del animal. Además del libro escrito por David Dosa, titulado ‘Making the Rounds with Oscar: The Extraordinary Gift of an Ordinary Cat’ (‘Haciendo la ronda con Oscar: El don extraordinario de un gato ordinario’), se compraron los derechos para hacer una película con el mismo título, aunque el proyecto parece parado de momento.

Oscar también inspiró al mismísimo Stephen King, quien en su continuación de ‘El resplandor’, titulada ‘Doctor Sueño’ (2013), introdujo un gato capaz de sentir cuando alguien está a punto de morir. El escritor reconoció haberse inspirado en el gato de Rhode Island. Incluso un gato con el mismo don tuvo un papel estelar en un capítulo de ‘House’ de 2009 titulado ‘Here Kitty’.

Desde hace años, tiene una placa dedicada en una de las paredes de la clínica que reza: "Por sus cuidados compasivos, esta placa está dedicada a Oscar, el gato".

Sí, muy bien... pero yo preferiría tenerlo bien lejos.


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