martes, 22 de noviembre de 2016

¿Puede realmente el miedo helarnos la sangre?

En español solemos decir que “se nos hiela la sangre” cuando queremos expresar una gran sensación de miedo o de profundo sobrecogimiento. Los franceses tienen una expresión parecida –“glacer le sang”-, mientras que los anglosajones emplean un término algo más “biológico” cuando dicen que el miedo “can curdle blood”, que vendría a significar que “les coagula la sangre”. La idea de fondo es la misma sea cual sea el idioma utilizado y además se trata de una expresión que se emplea desde la época medieval.

¿Pero hasta qué punto es verdad? ¿Realmente puede el miedo helarnos o coagularnos la sangre en las venas? Puede pareceros una expresión un punto exagerada, pero eso no fue óbice para que investigadores holandeses de la Universidad de Leiden trataran de dar respuesta a la pregunta.

Sus resultados se publicaron en el British Medical Journal (BMJ. 2015; 351: h6367), en concreto en el número navideño del pasado año. No está de más recordar que esta prestigiosa revista médica tiene por costumbre incluir en su último número del año unos cuantos artículos científicos insólitos y chocantes en los que los médicos tienden a exhibir su sentido del humor, unas veces con más gracia que otras.

En este caso reclutaron a 24 voluntarios menores de 30 años. A 14 de ellos les hicieron ver una película de terror, y al cabo de una semana, a la misma hora del día, un documental educativo. Los 10 voluntarios restantes hicieron lo mismo, pero en orden inverso. Es decir, primero vieron el documental y a la semana la peli de terror.

Para que os hagáis una mejor idea, sabed que la cinta de miedo que les pasaron fue ‘Insidious’, de 2010, dirigida por James Wan, sobre una familia con un niño en coma que habitan una casa donde no dejan de ocurrir cosas raras y, como no podía ser de otra manera, espantosas. 

En cuanto al documental, se titulaba ‘A Year in Champagne’ (2014) y estaba dedicado a la elaboración de champán en varias bodegas de la comarca francesa. Cuando los participantes se sentaron cómodamente ante la pantalla no tenían ni idea de lo que iban a ver y se les pidió que no fumaran ni bebieran alcohol ese día. Además, “para reducir el riesgo de confusión por superstición, ninguna de las películas se exhibió en días de luna llena ni en viernes 13”, aclaran.

Volviendo al tema científico, 15 minutos antes de proyectar cada película y 15 minutos después de finalizada se tomaron muestras de sangre a los voluntarios. El objetivo fue medir las concentraciones de varios marcadores de la coagulación: el factor de coagulación VIII, el dímero-D, el complejo trombina-antitrombina y fragmentos 1+2 de protrombina.

También se pidió a los participantes que valoraran en una escala del 0 al 10 el miedo que habían pasado al ver las dos películas y se comprobó, como era de esperar, que la elaboración del champán apenas desató ninguna clase de pánico. ‘Insidious’ obtuvo 5,4 puntos más de media en la escala de valoración del terror que el documental vitivinícola.

Los análisis de sangre permitieron corroborar lo que buscaban los autores del estudio. Observaron que la concentración del factor VIII aumentó más entre los que vieron la peli de terror que entre los que vieron el documental. Sin embargo, no se observó ningún efecto en los otros marcadores de la coagulación analizados. De hecho, se observaron incrementos del factor VIII en 12 (57%) de los participantes cuando vieron la cinta terrorífica por solamente 3 (14%) cuando vieron el documental champañero.

¿Qué significa esto? Pues que, en cierto modo, se podría afirmar que el miedo no congela la sangre, pero sí que tiene un efecto sobre la coagulación, ya que aumenta los niveles de ese factor VIII. Además, el incremento medio observado de 11,1 IU/dl es para los autores “clínicamente relevante”, puesto que por cada 10 IU/dl de aumento de esta proteína, el riesgo de trombosis venosa aumenta un 17%. Esto también ayuda a explicar por qué el pánico puede desencadenar un infarto en personas susceptibles.

Y ya que hablamos de cine y de miedo, os dejo una famosa frase del maestro Yoda: “El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti”. Pues cuidado con el factor VIII, querido Luke, ya que palmarla a causa de un infarto quedaría bastante anticlimático en el episodio VIII.

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