Las ovejas siempre han tenido fama de animales gregarios y
estúpidos. Incluso utilizamos a menudo el término “borrego” para referirnos a
individuos de pocas luces y a personas manipulables que se someten fácilmente
a la voluntad de otras sin rebelarse ni protestar.
Sin embargo, un trabajo recién salido del horno viene a
demostrarnos que el ganado ovino no es tan “borrego” como pensábamos. Y está
realizado nada menos que por científicos de la elitista Universidad de Cambridge.
Pero vayamos al fondo de la cuestión. Lo que nos dice el
nuevo estudio es que ovejas bien adiestradas pueden reconocer caras humanas.
Pero cuidado, no solo del pastor, sino también de famosos como el ex presidente
Barack Obama, estrellas de la pantalla como Emma Watson y Jake Gyllenhaal, y
una famosa presentadora de la televisión británica, Fiona Bruce.
El estudio, como digo, ha sido publicado hoy mismo en ‘Royal Society: Open Science’
(DOI:
10.1098/rsos.171228), y ha sido dirigido por Jennifer Morton, que trabaja
en el Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la mencionada
universidad británica.
Lo que hizo el equipo de investigadores fue adiestrar a ocho
ovejas. Las introducían una a una en una habitación donde en pantallas de
ordenador se les mostraba la cara de las ‘celebrities’. Bajo la pantalla donde
se mostraba la fotografía debían meter el morro en un hueco con rayos
infrarrojos. Al hacerlo bien, aparecía una recompensa en forma de comida. Si
fallaban, sonaba un zumbido y se quedaban sin regalo.
Luego se lo fueron poniendo más complicado, mostrando dos
fotografías de rostros, una del famoso que habían visto antes y otra de una
persona desconocida. Las ovejas consiguieron acertar ocho veces de cada diez,
que no está mal para en términos de inteligencia lanar.
Pero siempre se puede complicar más el experimento. Los
animales habían aprendido a reconocer caras de frente, ¿pero serían capaces de
acertar si las mismas caras se mostraban en otro ángulo? Bueno, la tasa de
éxito disminuyó, pero solamente un 15%, una cifra que, según los autores, es
comparable a la que conseguimos los humanos en un experimento de similares características.
La fase final del experimento consistió en mostrarles
fotografías que no habían visto antes, aunque el rostro lo conocieran bien: el de
su pastor. Pues bien, en este caso acertaban siete de cada diez veces. Además,
en este experimento se observó una conducta interesante. Cuando las ovejas veía
por primera vez la imagen del pastor –la fotografía no la habían visto antes-,
echaban una mirada doble. Primero miraban la fotografía de la persona desconocida,
después la del pastor y de nuevo la cara desconocida, antes de decidirse por
meter el hocico en el hueco para recibir la recompensa.
Aquí tenéis un vídeo donde las vemos en plena acción:
La doctora Morton declara que “cualquiera que haya pasado
tiempo trabajando con ovejas sabe que son animales inteligentes y que reconocen
bien a sus pastores. Lo que mostramos con nuestro estudio es que tienen
capacidades de reconocimiento facial avanzadas, comparables a las de los simios
y los seres humanos”.
En cualquier caso, nos choca eso de estudiar las capacidades
cerebrales ovinas. Morton justifica la investigación explicando que sus
estudios pueden permitir avanzar en el conocimiento de la enfermedad de
Huntington, enfermedad neurodegenerativa que popularmente se conocía como
“baile de San Vito” y que afecta inicialmente a la coordinación motora, pero
también puede influir en el estado de ánimo, la personalidad y la memoria, así
como presentar otros síntomas complejos, entre ellos la capacidad para reconocer
emociones faciales.
Esta investigadora lleva años estudiando a ovejas
modificadas genéticamente para ser portadoras de una mutación asociada a la
enfermedad de Huntington, por lo que esta recién descubierta habilidad para el
reconocimiento de rostros puede servir para monitorizar cómo afecta a los animales la progresión de
la enfermedad .
Pues eso. Ahí tenéis la justificación, que en una
universidad tan prestigiosa no están para dedicar el tiempo a chorradas, como
habéis pensado más de uno. A ver si los auténticos borregos vamos a ser
nosotros.
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