miércoles, 13 de septiembre de 2017

Pisa morena, pisa con garbo... Formas de andar y orgasmos vaginales

No es lo mismo pisar con garbo, como la morena de ‘El relicario’, que caminar a pasitos cortos como una geisha o un conejito de esos que anuncian pilas Duracell. Un sexólogo con buen ojo tendría muy claro qué andares se relacionan con la facilidad de la mujer para alcanzar orgasmos vaginales.

Es lo que nos explicó el Dr. Stuart Brody, un especialista de la Universidad de West Scotland que saltó a las páginas de casi todos los medios de comunicación gracias a un artículo publicado hace casi una década en el Journal of Sexual Medicine (2008;5:2119-2124).

Lo cierto es que el concepto de orgasmo vaginal -como diferenciado del orgasmo clitoriano- fue adquiriendo cada vez más más fuerza. Freud ya relacionó en su día la incapacidad para alcanzar orgasmos vaginales con la inmadurez sexual. El propio Dr. Brody mencionaba en su artículo, además, que esos orgasmos se asocian a una mejor salud mental. Y en una investigación anterior que había publicado en la misma revista (J Sex Med 2008;5:1167-1176) concluyó –después de haber evaluado a 94 mujeres portuguesas- que aquellas capaces de alcanzar el orgasmo vaginal en el coito se caracterizaban por un menor uso de mecanismos de defensa psicológicos propios de la inmadurez.

También firmó otro trabajo en el Journal of Sex & Marital Therapy (2008;33:319-327), realizado asimismo mediante encuestas a mujeres portuguesas, que aquellas que alcanzaban orgasmos vaginales practicando el coito valoraban de forma más positiva su relación de pareja que el resto, y asociaban su vida sexual a términos como "satisfacción", "pasión", "amor", "intimidad" y "confianza". Y, además, se masturbaban menos, tal como reveló el Dr. Brody

En cualquier caso, el título de su nuevo artículo, que causó sensación en la opinión pública, lo decía ya casi todo: "el historial de orgasmo vaginal de una mujer es discernible por su forma de andar". Según comentaba, el objetivo de su insólita investigación fue comprobar si sexólogos convenientemente entrenados eran capaces de distinguir qué mujeres pueden alcanzar este tipo de orgasmo y qué mujeres no, únicamente observando su forma de caminar.

Para ello, grabaron en vídeo a las participantes del experimento -16 mujeres, esta vez belgas, no portuguesas- mientras caminaban por la calle. Después los sexólogos debían acertar cuáles de ellas alcanzaban orgasmos vaginales. Los resultados mostrarón que respondieron correctamente en el 81,25% de los casos, lo que no está nada mal.

El Dr. Brody nos explicaba dónde reside la clave. Básicamente, es una combinación de dos características del modo de andar: zancadas más largas y mayor rotación pélvica y vertebral. Es decir, que aquellas féminas que mueven sus caderas con más amplitud y gracia, y con pasos largos, son las que parecen disfrutar de una vida sexual más completa, según lo que se deriva de las palabras del investigador. Él mismo, en las conclusiones de su estudio, señalaba que esos andares se caracterizan por su fluidez, energía, sensualidad, libertad y ausencia de músculos flácidos.

A su juicio, tal vez esa forma de caminar refleja una mayor confianza en sí mismas tal vez a causa de tener una vida sexual más plena. También opinaba que determinadas características anatómicas pueden predisponer a una mayor o menor tendencia a experimentar esos orgasmos.

Por todo lo dicho, queda bien claro que el Dr. Brody es todo un experto –y prolífico autor- en estos temas, y títulos de otras investigaciones por él firmadas lo corroboran. Ejemplos: "La sensibilidad de los dedos de las mujeres se correlacionan con la conducta sexual en pareja pero no con las frecuencias de masturbación en solitario" (J Sex Marital Ther 2008;34:343-352) o "La relación penil-vaginal disminuye el aumento de peso" (Med Hypotheses 2008 Aug. 6). Títulos como estos hacen que esperemos con ansias cada uno de sus nuevos estudios.


1 comentario:

  1. Un post muy curioso y unos experimentos muy instructivos, un saludo.

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