miércoles, 31 de mayo de 2017

Mi tesorooooo... Una psiquiatra diagnosticando a Gollum

De vez en cuando no es raro encontrar en la literatura médica trabajos dedicados a analizar el estado de salud de personajes históricos reales e incluso de ficción. Se ha investigado, por ejemplo, el caso de Tintín y su hipogonadismo hipogonadotropo derivado de múltiples traumatismos craneales (CMAJ 2004;171:1433-1434). También comenté en este blog las investigaciones sobre el estado mental del osito Whinnie Pooh y sus amigos (CMAJ 2000 163:1557-1559) y también hay quien se ha dedicado a profundizar en el trastorno de personalidad antisocial de Sansón (Arch Gen Psychiatry 2001;58:202-203).

Hoy vamos con otro famoso personaje de ficción: Gollum. Fue el paciente acomodado en el "diván imaginario" de la psiquiatra Elizabeth L. Sampson, quien con un grupo de estudiantes firmó el análisis exhaustivo del personaje en el British Medical Journal (BMJ 2004;329:1435-1436) hace algo más de una década.

En apenas dos páginas, la Dra. Sampson hizo un repaso de la biografía de este patético personaje de ‘El Señor de los Anillos’, informándonos, por ejemplo, de que es soltero, que tiene 587 años o que no se le conoce "historia de abuso de sustancias", aparte del tabaco de pipa que pudo fumar en su adolescencia cuando era un hobbit ‘relativamente’ normal.

Nos hablaba también de su naturaleza solitaria, de su aspecto poco favorecido, o nos explica el asesinato que cometió, el de su único amigo Deágol, con el fin de apoderarse del fatídico anillo que lo llevó a su autodestrucción.

Asimismo, en el diagnóstico del sujeto nos comentaba que, debido a su "dieta extremadamente limitada, consistente únicamente en pescado crudo", es probable que presente una deficiencia de vitamina B-12 que le cause irritabilidad, ilusiones y paranoia. También atribuye a la anemia por deficiencia de hierro su pérdida de cabello y de peso. Sus ojos saltones y extrema delgadez sugieren, en opinión de la Dra. Sampson y colaboradores, la existencia hipertiroidismo. Por otro lado, su rechazo a la luz del sol puede ser consecuencia de su fotosensibilidad, característica de porfiria.

Los autores señalan que en internet encontraron alrededor de 1.300 páginas que discuten la naturaleza de la enfermedad mental de Gollum. Con el fin de arrojar más luz a esta inquietante cuestión, la Dra. Sampson interrogó a 30 estudiantes de medicina para que intentaran diagnosticar al personaje de Tolkien, y resultó que 25 de ellos dijeron que era esquizofrénico, algo que la psiquiatra echa por tierra rápidamente, pues no cumple los criterios del ICD-10 (International Classification of Diseases-10).

Tres de los estudiantes consultados dedujeron que presentaba un trastorno de personalidad múltiple, dado que es como dos personajes en uno –Gollum y Sméagol-. No obstante, en estos casos cada una de sus personalidades no es consciente de la existencia de la otra, algo que no ocurre en Gollum, puesto que incluso mantiene conversaciones entre ambas.

Finalmente, la Dra. Sampson nos da la solución: el personaje tiene trastorno de personalidad esquizoide, para el cual cumple siete de los nueve criterios del IC-10. Honestamente, creo que ni el mismo J.R.R. Tolkien se lo hubiera planteado...


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